Oceana impulsa el Tortugario de Nah: Un santuario para la vida marina en la Costa Pacífica
- Un espacio donde ciencia, educación y naturaleza se unen para proteger a la tortuga Parlama, especie vulnerable en Guatemala.
- Oceana y el Centro de Conservación Marina lanzan una alianza que transformará la conservación de tortugas marinas en el Pacífico guatemalteco
Guatemala noviembre 2025. El Pacífico guatemalteco enfrenta uno de sus mayores retos ambientales, con la acelerada disminución de tortugas marinas y el deterioro de los ecosistemas costeros, por lo que Oceana y el Centro de Conservación Marina anunciaron una alianza que marca un antes y un después en los esfuerzos de conservación del país.
La iniciativa une a uno de los resorts más importantes de la Costa Sur con el centro de conservación marino más influyente de Guatemala, en un modelo de trabajo que combina ciencia, turismo responsable y acción comunitaria. Un esfuerzo conjunto para evitar que las tortugas desaparezcan de nuestras playas.
Cada año, miles de nidos de parlama, tortuga verde del Pacífico y carey están en riesgo por contaminación, saqueo y pérdida de hábitat. Frente a este escenario, Oceana se suma de manera activa a la protección de estas especies, apoyando el monitoreo de nidos, la rehabilitación de tortugas y las liberaciones que se realizan en distintos puntos de la costa.


Educación, ciencia y comunidad: la fórmula detrás de la alianza
El Centro de Conservación Marina, institución hermana del Zoológico La Aurora y Asociación Guatemalteca de Historia Natural (AGHN), lleva años trabajando para preservar la biodiversidad marino-costera. Su enfoque combina tres líneas clave:
- Investigaciones sobre tortugas marinas, monitoreo de playas, rehabilitación de individuos rescatados y restauración de manglares.
- Programas con más de 1,000 niños de escuelas comunitarias, giras ciudadanas, actividades con universidades y un Museo del Mar Interactivo que convierte la conservación en una experiencia memorable.
- Rehabilitación de animales decomisados por CONAP y proyectos conjuntos con el Zoológico La Aurora para reproducción de especies emblemáticas como el ocelote y la guacamaya.
Esta combinación convierte a la alianza en un referente para el sector turístico y ambiental del país.
Luis Meneses, gerente general de Oceana, explica el trabajo que se hace en el hotel de playa
El proyecto se centra en garantizar el cuidado y protección de los huevos y crías de tortugas marinas, que cada año llegan a las playas del Pacífico guatemalteco para anidar. En el Tortugario de Nah, se monitorean las condiciones de incubación con rigurosidad científica, la temperatura de la arena se mide cada seis horas, y mediante termómetros digitales de última generación (HOBO Data Loggers) se registran lecturas cada 15 minutos, permitiendo conocer con precisión el sexo de las tortuguitas al momento de su nacimiento, determinado por la temperatura del nido.
El 13 de agosto de 2025, Oceana dio inicio a esta nueva aventura sembrando los primeros nidos en su tortugario. Hoy ya cuenta con 47 nidos y más de 4,900 huevos en proceso de gestación, con las primeras liberaciones previstas para el 22 de septiembre 2025.
“Este proyecto va mucho más allá de las buenas intenciones, porque se convierte en
acciones visibles, medibles y con impacto real en la vida marina”, señaló Teresa Monroy,
directora de Operaciones de Oceana.
Una visión que trasciende el turismo
Oceana adopta esta visión como un compromiso corporativo, promoviendo un turismo que protege, educa y aporta soluciones reales a la crisis ambiental del Pacífico.
La alianza no es una promesa futura, sino un programa que ya está en ejecución, con acciones concretas como:
- Capacitaciones ambientales para colaboradores, huéspedes y comunidades vecinas.
- Limpiezas de playa con voluntarios y universidades.
- Actividades educativas para niños y familias.
- Reforestación de manglares y acciones de restauración ecológica.
- Protección de nidos durante toda la temporada de anidación.
Con este esfuerzo, Oceana se posiciona como una marca que apuesta por un turismo responsable, mientras que el Centro de Conservación Marina amplía su alcance y capacidad de impacto.
